1 de diciembre de 2010

Pesadilla


Iba de camino a casa cuando se cruzó por el camino a un viejo amigo suyo, al que hacía años que no veía. Él  se alegró mucho por verla.  Pasó lo de siempre, que cada uno tira para un lado diferente: la vida es así. Tenían tiempo de sobra para hablar, así que decidieron ir a tomar unas cervezas y así charlar tranquilamente. Estuvieron hablando de cómo les iba la vida, los problemillas del trabajo, lo bien que lo pasaban cuando salían juntos con el grupo de amigos, de qué sabían de cada uno de los demás: que si uno se había casado, que si el otro tenía hijos, que a tal chica la echaron del trabajo, que si otros se habían separado, que si había salido del armario por fin quien ya sabían... Fue una tarde muy amena.

Él comentó que tenía todavía fotos de las fiestas que se montaban,  la del Travol fue bestial: el día que se quedó solo en su casa, porque sus padres se habían ido, fue una orgía de alcohol, porros, y posiblemente algo más fuerte. ¡Las risas que se echaron! A ella le apetecía ver esas fotos, para recordar esos momentos, y decidieron ir a casa de él. 'Total, nadie me espera hoy en casa', pensó. Y se encaminaron hacia el apartamento de él. Su nombre para ella era una incógnita, pero no quería preguntar para no ponerse en evidencia.

El apartamento era frío y pequeño, pero tenía todo lo necesario para vivir, pero evitando detalles que adornasen la casa, como alguna figura, o algo que le diera calor. Una pared estaba adornada con una tabla periódica, otra con un póster de algún vídeojuego  mítico de la época, es como si no hubiera vivido aquí ni una mujer en mucho tiempo. ¿Vives solo? No, tengo este apartamento alquilado con un colega que en ese momento no está. Él entró en su habitación para buscar las fotos, mientras ella esperaba en el comedor, sentada en el sofá, y tomando una cerveza que él le acababa de traer.

Estuvieron viendo las fotos, y recordando cada momento. En ese momento, se escuchó una llave en la cerradura y se abrió la puerta. Entró el compañero de piso, un tipo alto y delgado. No era demasiado guapo, pero tenía algo en su mirada de picarón que a ella le hizo gracia. Saludó a su compañero de piso, Arnau (ahora ella conocía por fin su nombre).  Se presentó como Edu y se sentó al lado de ella, que ahora quedó entre los dos chicos. Conversaron, rieron, tomaron cubatas, ... Todo esto está lleno de agujeros de memoria. Ella no recuerda una secuencia lógica de acontecimientos, sino trozos sueltos y quizás desordenados.

Edu la empezó a desnudar, y ella se dejaba hacer. Le quitaba la camiseta, dejando entrever sus pechos. Hoy no se había puesto sujetador, ya que consideraba que sus pechos necesitaban de vez en cuando un poco de libertad de movimiento. Sus pezones se endurecieron ante una caricia. Arnau estaba detrás de ella, y le besaba el cuello, y después fue recorriendo su espalda a base de húmedos lametones. Desde atrás, la rodeó con sus brazos, y le desabrochó el cinturón. Luego recorrió con sus dedos el borde del pantalón, toda la cintura.

El otro chico, Edu, desabotonó el pantalón, y lo bajó. La descalzó y acabó de sacarle los pantalones. Edu empezó a besarle los pechos, y siguió besando su cuerpo, descendiendo por la linea media que llegaría al ombligo. 'No, esto no está bien', pensaba ella, 'me voy a casa'. Alguien le dijo 'de aquí no te vas, nena'. Y le cogió las muñecas por detrás de su espalda y se las ató con su propio cinturón. Ella intentaba huir. Pero estaba confusa. Tenía cierta curiosidad de saber cómo acabaría la escena si continuara así el transcurso. Su cabeza le decía 'vete', pero su cuerpo le pedía acabar con el calentón de hacérselo con dos a la vez. Dejaba de pelear por momentos. No tenía suficientes fuerzas. Arnau la sujetaba por detrás, mientras le apretujaba uno de sus pechos. Edu le bajaba las bragas. Sucedería lo inevitable: una violación, un polvo salvaje, todo dependería de la resistencia que ella pusiera. Miedo. Tenía mucho miedo. Ante la evidencia de lo que acontecería después emitió un grito desgarrador.

Ella se despertó sobresaltada, con sudores fríos, y palpitaciones. No entendía lo que acababa de soñar, ni la razón por la cual aparecieron esa secuencia de imágenes que la aterraron. Lamentó estar sola en ese momento, le habría gustado abrazar a su pareja para sentirse segura. De vez en cuando es bueno tener una pesadilla para demostrarnos a nosotros mismos que seguimos vivos. Ese sueño no se lo quitaría de la cabeza en mucho tiempo. 

2 comentarios:

  1. Wow!!! pero qué sexy chica!!! xDD cuuuchala ella, como sabes ehhh!! jajajajajajajajaja weno, yo mejor me callo xDD

    Eres la capitana del blog! Siempre actualizas la primera, yo a ver si me pongo y termino lo que empecé. Por cierto, que se me ha jodío el ordenador y es posible que no me conecte en un tiempo, asi q, cuida bien de mike que ya sabes q se atraganta con una moneda (es broma) xDD

    besotes.

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  2. Bueno, que desvío, creia que hasta le iba a gustar el rollo con dos tios pero bueno, seguramente recibió una educación católica que ....bueno, eso.

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