2 de septiembre de 2009

1. Clarice




Estoy hasta los huevos de Carlos. El muy cabrón me ha dicho que me deje de tonterías y que no quede esta noche con Sonia. No la traga. Me dice "Clarice, ¿dónde vas con esa golfa?". ¿Pues qué se ha creído el gilipollas? Y siguió diciendo "no vayas con esa falda que pareces una puta". Sólo me faltaba eso por oír. Me he calzado las botas y me he largado de casa dando un portazo. He bajado las escaleras lo más rápido que he podido, mientras escuchaba a Carlos vociferar. No he querido escucharle. Y he continuado mi carrera hacia el coche.

He puesto la música con mucho volumen y me he ido a buscar a Sonia a su casa. Hoy no tengo el día. Casi me estampo contra el coche que conducía un viejo. Con suerte el día no acabará de la misma manera que ha transcurrido.

Desde hace unos días me siento atrapada. Atada. Hay algo dentro de mi que quiere huír, escapar. Algo debe cambiar, no quiero que sigan diciendome cómo tengo que hacer las cosas. ¡Maldito sea este cabrón! Cuando empecé a salir con él, tenía 22 años. Hoy, 3 años después las cosas ya no son lo que eran. Tenía la puta venda del amor que me impedia realmente ver las cosas como son. Él me decía que me pusiera faldas largas en vez de las minifaldas que siempre me he puesto y yo lo hacía, porque me había convencido de que era lo mejor, que así yo estaría protegida de los depredadores, que no quería que fuera la presa de nadie más. No quería que viera a mis amigos, ¡la de amigos que he perdido! Y después del trabajo, eran pocas las veces que me podía quedar con los compañeros a tomar unas cañas sin que hubiera discusiones después.

Hay algo dentro de mi que quiere escapar de esta prisión. ¡Mierda! Menudo frenazo me ha hecho dar ese puto crío. ¿A quién se le ocurre cruzar sin mirar y por cualquier lado? "¡Niño, joder, a ver si tienes más cuidado!". ¡Qué susto me ha dado el jodido niño!

Acabo de llegar a la calle donde vive Sonia. Aparco y me está esperando en su portería. Nos sonreímos, nos damos dos besos y nos dirigimos un par de calles más abajo de su casa, vamos al bareto al que siempre habíamos ido.

A ver qué nos depara la noche...

2 comentarios:

  1. Escribes muy bien. Tienes una mirada inteligente y una manera de expresarte muy fluida.
    Felicidades!!

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  2. Muchas gracias, montis. Espero que el blog no te defraude y que no se me quede atascado y pueda continuar creando ese mundo que rodea a Clarice. Tu blog puede servirme de inspiración cuando mi mente esté bloqueada. En las próximas entradas subirá la temperatura... espero que te guste. Gracias por el comentario.

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